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Nuestro Fundador

Beato Francesco Faà di Bruno

Nació en Alessandría, Piamonte, Italia, el 29 de marzo de 1825. Era el último de doce hermanos. Sus padres, el marqués Ludovico Faà de Bruno y la noble Carolina Sappa proporcionaron a todos una excelente educación. Francisco tenía grandes cualidades e inclinación singular por las matemáticas, disciplina que estudió con verdadera satisfacción. En el colegio de los padres somascos, en el que ingresó en 1834 una vez fallecida su madre, recibió formación durante cuatro años. Y en 1840 emprendió la carrera militar en Turín. Cuando el rey Víctor Manuel II le encomendó la educación de sus hijos viajó a París, lo cual le permitió completar estudios matemáticos.

La corte, con su ambiente plagado de anticlericalismo, le desagradó; no encajaba con su sensibilidad espiritual. En París tuvo como maestro al católico Cauchy, y al codescubridor del planeta Neptuno, profesor Leverrier. Por otro lado, su asidua presencia en la iglesia de San Sulpicio propició su implicación en las Conferencias de San Vicente de Paúl, y le dio la oportunidad de conocer a su fundador Federico Ozanam. Prestó servicios en el cuerpo de ingenieros del ejército italiano, y obtuvo el grado de capitán.

Uno de los trabajos que le encomendaron, una vez liberado de su responsabilidad de preceptor de los hijos del monarca, tuvo que ver con la cartografía, para lo cual fue enviado a los Apeninos. Allí se retiró definitivamente del ejército en 1853 eludiendo un duelo al que le empujaban sin desearlo. Tres años más tarde, en París se doctoraba en ciencias matemáticas. En 1856 obtenía este grado en astronomía en la prestigiosa universidad de la Sorbona. En esa época sus esfuerzos por vincular fe y ciencia eran notables. Después, regresó a Turín y ejerció la docencia universitaria. Impartió matemáticas por indicación de su obispo, y tuvo la magnífica visión de transmitir a sus alumnos la profunda convicción que le animó. Aunando la fe con la ciencia, les hacía ver que ésta no se opone a la fe sino que la ilumina.

Plasmó sus investigaciones en artículos escritos en francés, inglés y alemán. En total cuarenta, que fueron publicados en las revistas científicas de Europa y América más influyentes y rigurosas que había en el mundo, algo que no se halla a la mano de cualquiera. Su existencia estuvo signada por la idea de no perder jamás el tiempo, «ni un minuto». Leía, estudiaba, se interesaba por todas las ramas del saber y los avances técnicos. No era cuestión de simple inquietud o afán de hacer acopio de valiosa información. Francisco aplicaba lo que aprendía para mejorar las condiciones de vida de su tiempo. Y de hecho, inventó aparatos para la enseñanza de las ciencias físico-matemáticas y hasta un escritorio para ciegos con objeto de ayudar a una de sus hermanas. Compositor de melodías sagradas y autor de algunos libros de este cariz, fue también benefactor de los pobres a través de la Sociedad de San Vicente de Paúl; realizó constantes obras de caridad.

A él se debe la fundación en 1860 de la «Obra de Santa Zita» para la promoción de la mujer, a la que seguirían otras. En octubre de 1876, a sus 51 años de edad, se ordenó sacerdote en Turín, dando respuesta a un sentimiento espiritual. En su decisión pesó el consejo de Don Bosco que vio en ello un bien para su fundación. Ofició su primera misa en la iglesia Nuestra Señora del Sufragio de la localidad de San Donato, ideada y erigida por él. La construcción había comenzado en 1869 y justamente ese año de su ordenación concluyeron las obras.

En 1881 fundó la congregación de las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio dedicada a la oración por las almas del Purgatorio, y las Hijas de Santa Clara para jóvenes discapacitadas. Este emporio contenía escuelas, laboratorio, enfermería, pensionado, liceo científico, entre otras. Había lugar para la infancia y juventud abandonada, madres solteras, ancianos, enfermos, inválidos… Adquirió en Benevello de Alba un castillo con el fin de predicar retiros espirituales, destinándolo a descanso veraniego de pensionistas y a impartir clases a niños del lugar. Fue alentado y bendecido por Pío IX, al que acudió ya que tuvo serias dificultades con el arzobispo de Turín. Murió en Turín, a los 63 años, el 27 de marzo de 1888. Previamente legó a esta ciudad la excelente biblioteca científica que había reunido. Juan Pablo II lo beatificó el 25 de septiembre de 1988.

Estudios:

– Música y lenguas (francés, ingles, alemán)
– De los 11 a los 15 años estudio en el colegio San Jorge de los Padres Somascos.
– De los 16 a los 21 años fue alumno destacado en la Academia Militar de Turín.
– Se puso como norma de vida, no perder jamás el tiempo (“ni un minuto”). Leía, estudiaba, se interesaba por todas las ramas del saber y los adelantos técnicos. Aplicaba sus conocimientos para mejorar las condiciones de vida de su época.
– Logro formar una gran biblioteca científica que donó, antes de morir, a la Universidad de Turín.

Sus Obras:

-Obra de Santa Zita (para la promoción de las jóvenes domesticas).
-Hijas de Santa Clara, jóvenes discapacitadas.
-Pensionados para señoras y Sacerdotes (de esa manera continuaban con su servicio).
-Enfermerías, para enfermas e inválidas.
-Escuela Profesional.
-Escuela Normal: para formación de maestra católicas.
-Biblioteca mutua circulante.
-Biblioteca postal (para toda Italia).
-Lavandería.
-Liceo Científico.
-Casa de preservación para madres solteras.
-Oratorio dominical (escuela de canto).
-Cocina y comedores económicos (para obreras).
-Tipografía (en la que trabajaban mujeres).
-Emporio católico, venta de artículos religiosos.
-Obra de santificación de las fiestas y descanso dominical.
-Lavaderos y baños públicos.
-En Benevello adquiere un castillo para predicar Retiros Espirituales, para descanso veraniego de pensionistas y dar clases a niños del lugar.

Iglesia de Nuestra Señora del Sufragio: 

Ideada y construida por Francisco Faá de Bruno, se comenzó en 1869, pero se abandono por faltas de fondos. Terminada en 1876, fue bendecida por el Arzobispo de Turín, Monseñor Lorenzo Gastaldi. Faá de Bruno celebro su primera misa, en ella, el 1º de noviembre de 1876.
La dejará, santuario del mundo entero, a las Hermanas, para mantener encendido el fuego de la devoción a las almas del purgatorio.
Maravilla de estática es el campanario de 75 metros de altura que apoya sobre 32 columnitas de metal.
El grupo escultórico de “Nuestra Señora del Sufragio”, esta realizado en mármol blanco de carrara.
Los coloridos vitraux que ilustran la vida de la Ssma. Virgen, el pulpito de mármol blanco sostenidos por Ángeles, el pavimento marmóreo, las pinturas y decoraciones confieren a la iglesia un aspecto de majestuosidad.

Espiritualidad:

De Laico: Consagrado a la oración, sacrificios, obras de bien, de promoción humana y social.
Sacerdote: Reafirma sus convicciones religiosas y desilusionado por la vanidad del mundo, decide consagrar su vida a Dios.

El 22 de octubre de 1876 se ordena sacerdote a los 51 años de edad.
Usufructuando los pocos años que vivirá aún, en el máximo grado de intensidad de bien.

  • La oración: importante como alimento continúo del espíritu.
  • Trilogía de su piedad: La Eucaristía – La Ssma. Virgen – Las Almas del Purgatorio.
  • La Eucaristía: pasa horas de adoración ante el Santísimo Sacramento. Funda la adoración nocturna en Turín.
  • La Ssma. Virgen: todo lo puso bajo su protección y la consideró intercesora y medianera de gracias.
  • Almas del Purgatorio: preocupado por los soldados que vio morir en los campos de batalla, pensó en dar vida a una institución que perpetuara el sufragio de los caídos en todas las guerras, las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio. Les dedica el mes de noviembre a los difuntos. Escribió el “Devoto de los Difuntos”.
  • Militar: en 1846, egreso de la Academia Militar, como teniente de Estado Mayor. A los 23 años (en 1848) vive la dura experiencia de la guerra por la Independencia de Italia.
    Combatió junto al Rey Carlos Alberto. Obtuvo el grado de Capitán y fue nombrado ayudante de Campo de Victorio Emmanuel (el futuro Rey).
    En 1853, a los 28 años de edad, deja el Ejército para dedicarse a las ciencias.
  • Científico: se doctoró en Ciencias Matemáticas y Astronomía en 1856 en la Soborna.
    Publicó artículos en revistas científicas de Europa y América, en Francés, Ingles y Alemán.
    Demostró que la CIENCIA no se opone a la FE por lo contrario, la ilumina y fortalece.
  • Inventor: de diversos aparatos para la enseñanza de las ciencias Físicas – Matemáticas. Un escritorio para ciegos.
  • Profesor: de geodesia en la Academia Militar.
    En la Universidad de Turín: catedrático (hasta su muerte), dicto cursos libres de análisis y astronomía física (1857).
    En 1871 es nombrado profesor de análisis matemático y geometría analítica.
    En el Liceo y Escuela Normal dictaba Religión Moral y Ciencias y daba clases particulares de Matemáticas y Ciencias, y Música, canto y religión a las jóvenes, para alejarlos de los peligros físicos y morales.
  • Músico: Compuso valses, poleas, mazurcas que dedico a la Reina María Adelaida. Música sacra y composiciones religiosas recogidas en la “La Lira Católica”, entre otras.
  • Escritor: Colaboro con San Juan Bosco en “Lecturas Católicas”.
    Escribió artículos en diversos diarios y revistas.
    Publicó “El gentil hombre”, primer almanaque popular católico.
    Compuso diversas obras educativas, de moral, catequísticas, apologéticas, teológicas y científicas, destinadas a alumnos, soldados, obreros, jóvenes,…
    Dirigió dos revistas: el “Corazón de María” y el “Eco de las Misiones”.
  • Fundador: de numerosas obras de bien de la mujer que reunió en el complejo de “Santa Zita”.
    Conferencia Vicentina, en Alejandría (Italia).
  • Benefactor: de los pobres, a través de la sociedad de San Vicente de Paúl.
    Se inscribió como socio activo en las conferencias de San Vicente de Paúl, en París y Turín.
    Fundó la de Alejandría y escribió a muchos obispos instándolos para que las fundaran en sus diócesis.
  • Caridad: en los años de permanencia en Paris admiro los ejemplos de Fe y Caridad de los Católicos franceses que frecuentaban la fundación San Vicente de Paúl.

La Congregación:

La Congregación de las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, fue fundada por inspiración del Espíritu Santo a Francisco Faá de Bruno, aquel laico por entonces da origen a una nueva Familia Religiosa en un momento histórico de crisis por la vida consagrada; y con la necesidad de quienes lleven adelante la obras que había comenzado por el bien de los demás.

“Quien aspira a Dios, a dejar el bien como herencia a los siglos, no puede hacerlo sin religiosas…por eso me decidí a fundar con la ayuda de Dios una nueva congregación…”

La Congregación nació en Turín, en Vía San Donato 31, el 16 de julio de 1881.

Lema: Rezar – Trabajar – Sufrir.

Su Nombre:

Mínimas: en las huellas de Cristo que “se despojo de todo, asumiendo la condición de Servidor y llegando a ser semejante a los hombres”.
Nuestra Señora: parte del Santuario que se construyo, con la particular devoción a Maria de la Esperanza y Gran Mediadora.
Sufragio: para ofrecer al Señor, una expiación continua por los caídos, de todas las guerras y grandes calamidades. Cada noche, al toque lento del campanote, en Turín ( o donde se encuentren), las Hermanas se arrodillan y rezan por todos los difuntos.

Si usted tiene información relevante para la canonización del Beato Francisco, escriba a:
Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio
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