Francesco Faá di Bruno fue ingeniero, matemático, músico, meteorólogo, astrónomo, docente, e inventor. Asimismo, puede ser considerado como un intelectual que buscó la dignidad de las personas comprometidas con las consecuencias materiales de la Revolución Industrial, luchando contra la pobreza estructural y la falta de conciencia de clase. Este piamontés, de cuna noble, escolarizado en grandes establecimientos educativos, formado en las matemáticas más elevadas y de amplia discusión en su momento, alumno de Augustin Cauchy y profesor de Giuseppe Peano, profesor extraordinario en la Universidad, hablaba, escribía y traducía en tres lenguas, fundador de la Congregación de las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora del Sufragio, inventor del elipsógrafo, de un escritorio para ciegos, etc., murió en fama de santidad y en la pobreza por haber entregado todo a Dios, los pobres ya la ciencia. A Dios le ofreció su vida, una congregación, las oraciones; a los pobres, su dinero, sus casas, sus lavatorios, en fin, todo lo que materialmente tenía; ya la ciencia, le dejó cerca de sesenta artículos en revistas especializadas de matemática en varios idiomas, alrededor de diez libros instrumentos científicos de primer nivel internacional, que sirvieron para progresar la investigación como el barómetro diferencial, un fasiscopio, una imprenta para las publicaciones en matemáticas, etc.
Tampoco dejó de lado las relaciones entre ciencia y religión: escribió textos que busquen la armonía entre estas dos formas de saber, promocionó un congreso científico interdisciplinar a nivel mundial para mostrar los avances científicos y la actitud de los miembros de la Iglesia Católica, impulsó con dinero y escritos revistas que se dediquen a esta temática, colaboró con propuestas de reflexión ya existentes, promovió la discusión en la academia pero también entre la gente del pueblo, fortaleció la doctrina oficial de la Iglesia y contribuyó al desarrollo de algunas ramas de las ciencias matemáticas, etc.
Es imposible dejar por escrito la totalidad de su propuesta, de las innovaciones que dejó plasmado, de las aptitudes personales a nivel intelectual, moral y religioso de este “gigante de la fe y de la caridad”, pero en este capítulo propongo un bosquejo que ofrece una herramienta para comprender a un hombre de muchas facetas. Por ello, a continuación realizo una breve sinopsis de los vaivenes sobresalientes de esta vida abnegada y entregada en pos del beneficio de la humanidad en varias órdenes.